"No sé porqué nadie me dijo que iba a ser horrible. La cabeza del bebé se alargó cuando salió, me asustó bastante" dijo.
Cuando se llevaron a Bing a casa, Matt se quedó de piedra, porque todo le parecía tan lejano, hasta que lo tuvo en brazos. Y luego, tuvo que aprender a cambiar los pañales.
También dice que después de enamorarse de Kate, lo siguiente más bonito ha sido ser padre: "te cambia la forma de ver las cosas y verte a tí mismo. Estoy bastante feliz con eso, no hay nada como tener un hijo, es una alegría infinita".
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